
La vegetación natural se ve reducida por las urbanizaciones, las repoblaciones y las
dehesas. Son estas últimas un importante estrato arbóreo aclarado, integrado básicamente por especies del género
Quercus (encinas), y cuyo uso predominante es el ganadero alimentándose del pasto que se desarrolla debajo del estrato arbóreo. Estas
dehesas cordobesas abarcan la comarca de los
Pedroches. Las repoblaciones, a base de
pinos piñoneros y en menor medida
pino resinoso,
pino carrasco y algo de
ciprés,
cedros y
eucaliptos. A raiz de estas últimas especies, me viene a la memoria la obra de
Yael Guiladi "Los cipreses de Córdoba", que recrea la
Córdoba del califato omeya, a través de tres generaciones de una familia judía. Las urbanizaciones que han ocupado parte de la
Sierra cordobesa, también han tenido su actuación eliminando vegetación natural.
Los elementos singulares de la
flora cordobesa, que cuenta con mas de 700 especies, entre ellas las endémicas o raras, como la"
dedalera" (Digitalis Purpúrea subespecie marina), planta de grandes
propiedades medicinales y flores purpúreas, que pueden observarse en los alrededores de trassierra, en los taludes pedregosos, o el
Narcissus cordubensis de
Sierra Morena con flores amarillas, o también el
Trifolium Boissieri, un trébol muy raro que se localiza en los pedregales sueltos de esquistos pizarrosos de los márgenes del río en el
Valle del Guadiato.
La
fauna cord
obesa, de algunos siglos atrás, incluso pudo incluir algunos
osos, y los aullidos de los
lobos podían escucharse desde las casas que rodeaban la ciudad. Y
ciervos,
corzos y
jabalíes eran abatidos en Córdoba, cuando se cazaba con arco y flechas o lanza. En el río las
nutrias compartían medio con peces como el
esturión. Los
linces y
gatos cervales fueron muy solicitados en el Medievo y la Edad Moderna. Existen en el
Archivo Histórico de Córdoba, en los protocolos notariales, documentos relativos a compras de estos animales o de sus pieles.
La fauna actual de la sierra:
meloncillos,
ginetas,
zorros,
tejones y
comadrejas, dificultando sus vidas las zonas que han sido muy alteradas, como sucede muy especialmente con el
lince, por los impactos urbanísticos. En los remansos del
Guadiato es posible ver alguna
nutria y en los pequeños arroyos que atraviesan la
Sierra, se encuentran anfibios, como la
rana común, el
sapillo pintojo o la
salamandra.
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