viernes, 18 de febrero de 2011

Itinerarios Turísticos Habituales VII

San Lorenzo.

Tras el santuario de la Fuensanta, retomando hacia la actual y citada anteriormente Facultad de Derecho, por la calle Ronda de Andújar y saliendo a la de Arroyo de San Lorenzo, nos dirigimos a la iglesia de San Lorenzo, recientemente restaurada, que nos ha permitido apreciar tanto en su exterior como en su interior la belleza contenida en detalles que habrian quedado ocultas por el deterioro, la suciedad y la contaminación y que apreciamos en su fachada si nos detenemos a mirarla, y en su interior reluce con una claridad que no tenía, junto con las pinturas descubiertas y restauradas en la capilla mayor. Esta iglesia que dio nombre a la collación (barrio) fue realizada sobre una mezquita, en la segunda mitad del siglo XVIII y fue una de las iglesias más significativas del medievo. Durante el siglo XIV se hicieron en ellas nuevas obras, entre ellas, la torre, a la que añade un hermoso cuerpo donde van las campanas Hernán Ruiz. Más tarde en 1687 sufrió un incendio, siendo reconstruida por el corregidor Ronquillo Briceño, el mismo que reformó la plaza de la Corredera, y mandó construir asimismo el retablo mayor. Su planta de tipo medieval, rectangular dividida en tres naves de cuatro tramos, sin crucero y con cabecera de triple ábside, planos los laterales y pentagonal el central y un tramo precendente rectangular con bóveda de crucería con espinazo. La portada principal ubicada a los pies del templo, tiene pórtico de tres vanos apuntados y va sobre pilares y está decorada con una cornisa de modillones lisos. Hay que decir que tanto esta portada principal como las otras dos laterales presentan en su decoración modillones, elementos decorativos que copiaron de la Mezquita Aljama, llevando la lateral derecha un arco apuntado y jambas escalonadas decorada con bolas, mientras la principal es de ojiva y las arquivoltas están ornadas con dientes de sierra. La lateral izquierda es copia de la derecha, tras su restauración.

La parte superior del hastial lleva un gran rosetón, y por encima una hornacina pequeña con el titular del templo. Otro rosetón más pequeño sobre la nave, de estética mudéjar.

Las capillas laterales son de mediados del siglo XIV. La de la izquierda bajo la Advocación de la Magdalena, fue fundada por Pedro Fernández de Valenzuela, después el derecho de enterramiento recayó en los marqueses de Villaseca. Tiene bóveda de crucería gótica. Preside el Santísimo Cristo del Remedio de Animas, obra anónima granadina del siglo XVII. La capilla del lado derecho conocida hoy como capilla de Villaviciosa e igualmente se cubre con crucería gótica, donde se sitúa el Sagrario. Sobre el altar una talla del Señor de la Humildad, de principios del XVII. Y en ella hay una serie de retablos fechados en el siglo XVI, y en uno de ellos, en su registro central una copia del Descendimiento de Rubens.

La aparición de las pinturas del ábside supuso el desmantelamiento del retablo mayor, parcialmente adaptado a los pies de la nave derecha, este se adorna con lienzos representando la vida de San Lorenzo, de maestro desconocido, no así el cuerpo del retablo, obra de Melchor Fernández Moreno, y tras su muerte, concluido por Francisco Hurtado Izquierdo y Juan del Río, en 1696.

Sobre la torre, obra de Hernán Ruiz II (1508-1569) realizada en sillería, de tres cuerpos, cuadrados los primeros, aunque el superior girado 45º, y circular el último, el remate se cubrió con bóveda semiesférica y con la figura del titular, fue concluida en 1555. Sirvió de pauta a Hernán Ruiz para realizar el cuerpo de campanas de la Giralda (Para la descripción de las distintas iglesias se ha utilizado y además puede servir de más información su consulta, la obra “Córdoba Capital”, tomo 2, Arte, cuyo coordinador científico es Alberto Villar Movellan).

Pasando desde aquí a la plaza de San Juan de Letrán y por la calle de los Frailes podemos contemplar la iglesia conventual de los Padres de Gracia, cerca de la Puerta de Plasencia, hoy desaparecida, donde antes existió una antigua ermita dedicada a Nuestra Señora de Gracia, y en 1608, el beato Fray Juan Bautista de la Concepción, reformador de los Trinitarios eligió para establecer un convento de la orden, que tomó el nombre de la titular de la ermita. El templo se terminó en 1686, atrayendo su fachada -abierta a la plaza del Corazón de María-, obra del barroco cordobés. Dividida en tres sectores y rematada en hastial. En el tramo central, tres huecos adintelados con hornacinas con las esculturas de San Juan de Mata y San Félix de Valois a los lados, y el grupo del Ángel presentando los cautivos a la Santísima Trinidad, en el centro. El piñón con figuras de Nuestra Señora de Gracia, San Rafael y San Miguel. El templo es de una nave y otras dos laterales convertidas en capillas, se cubre con cañón con lunetos y fajones dividiendo la nave en cinco tramos. La cúpula se decoró en el XVIII con recuadros que representan a Salomón, Ezequiel, Nathán, San Joaquín, Abraham, Isaac, Jacob y David. En las pedrinas, los escudos de los patronos, los duques de Almodóvar. Los lienzos repartidos por el templo se fechan hacia 1700, con escenas de la vida de Fray Juan Bautista de la Concepción. El retablo mayor procede del Convento de Jesús Crucificado, adaptado a este lugar. Se realizó en 1702 por Jerónimo Sánchez de Rueda y Jerónimo Caballero. También al Setecientos pertenecen las grandes capillas del lado derecho de la iglesia, en una de ellas se venera la imagen del Santo Cristo de Gracia, procedente de Puebla de los Ángeles, donado en 1618 por Francisca de la Cruz. Realizado en pasta de caña y restaurado por Miguel Arjona en 1983. Otra capilla importante se abre a la derecha del crucero y dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado, construida en el primer tercio del siglo XVIII. Al camarín donde está la venerada imagen de Jesús Rescatado, se accede por una escalinata doble, esta imagen fue realizada en 1713 por Fernando Díaz de Pacheco.

En el coro debe reseñarse el interesante órgano del siglo XVIII. Siguiendo el costado de este recinto, la muralla de la Ajerquía, zona de expansión oriental de la Córdoba califal, posiblemente de los siglos XI-XII, de argamasa o tapial con torreones cuadrados. Esta zona de murallas estaba abierta a la ciudad por la Puerta de Plasencia –las puertas eran las entradas más importantes a la ciudad-, pero en el siglo XIX, el ayuntamiento pretendía demoler las Puertas de la ciudad para ampliar su ingreso, la Comisión Provincial de Monumentos de Córdoba luchó para su conservación, así no fueron destruidas la Torre de la Malmuerta y la de la Calahorra, como las puertas del Puente, Almodóvar y Osario (ésta última ya no existe desde 1905), y las restantes, sin embargo, se derrumbaron definitivamente y entre ellas ésta Puerta de Plasencia (para ver más el citado libro de Mª Dolores Puchol Caballero).

Esta zona de muralla o lienzo oriental de la cerca de la Ajerquía, conservada en la Ronda del Marrubial, fue reconstruida en época bajomedieval en buena parte de su trazado actual, construida en tapial sobre un zócalo de sillarejos regulares. El tapial ha desaparecido en esta zona del Marrubial. De las torres de la muralla islámica no se conserva ninguna en alzado, aunque si dos a nivel de cimentación, en el tramo más septentrional, todas de planta cuadrada. Además la desaparecida Puerta de Plasencia, fue de especial significación pues por ella entraron durante la Edad Media diferentes monarcas como Fernando III, Alfonso X el Sabio, Sancho IV el Bravo, Alfonso XI, Enrique II, Enrique IV y los Reyes Católicos (para ver más “Las murallas de Córdoba, el proceso constructivo de los recintos desde la fundación romana hasta la Baja Edad Media” de A.A.V.V., en Córdoba en la Historia: la construcción de la urbe, Actas del congreso. Córdoba 20-23 de Mayo, 1997).


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